Me llamo Fernando y tengo una empresa dedicada a exportar alimentos. Antes trabajé en ventas, luego como gerente en varias multinacionales de la industria de la tecnología.
Creo que el trabajo en general ocupa la mayor parte de nuestras vidas.
Si no encontrás la forma de ser feliz con tu trabajo, arruinás buena parte de tu vida.
Desde esa incomodidad, nace muchas veces el espíritu emprendedor. Obviamente las dudas que pueden aparecer, se resuelven cuando ves que el plan es sustentable, con la información que disponés para llegar a la idea y buscar la oportunidad, con las herramientas necesarias para emprender que dispongas y consideres que son suficientes. Ninguna de estas variables, te garantiza el éxito de tu emprendimiento, pero minimizan las vacilaciones y con un poco de intuición y adrenalina, estás listo.
Arranqué a partir de una conversación sobre la oportunidad, la política de comercio exterior de nuestro país. Pero sobre todo, la necesidad del cambio
Perdí dinero fijo, seguridad. Gané libertad. Gané la posibilidad de volver a elegir.
Mi motor fue darme cuenta que el dinero te da acceso a muchas cosas, pero no al bienestar más profundo, a la realización, a la cumbre de la pirámide de Maslow.
Y mi inspiración un sueño. Visualizarlo. Animarme a transformarlo en realidad.
Qué le dirías a alguien que va a empezar?
Tantas cosas. Primero, que no es fácil. Que se prepare. Que planifique. Que se asocie o forme alianzas sin miedos con cualquier persona u organización que agregue valor a sus objetivos. Que se prepare a eventuales fracasos, siempre son parte del camino. Que sea capaz de recuperarse, y de ser necesario, rediseñar, modificar y adaptarse. Y especialmente, que se ordene, la libertad da lugar a hacer menos. Sin tener que cumplir un horario, la dedicación y el esfuerzo son condiciones ineludibles a la hora de llevar adelante un emprendimiento.
Quisieras agregar algo?
Que el mundo no cambia solo. Lo cambian personas que un día se sienten capaces de generar cambios.