Warning: mysqli_real_connect(): Headers and client library minor version mismatch. Headers:101106 Library:100236 in /home/u987334783/domains/glimar.com.ar/public_html/wp-includes/wp-db.php on line 1531
Mas acerca de los mandatos. Nota en Revista Buena Salud. - Glimar

Nota mandatos Buena Salud.jpegLa lucha entre mandato y deseo propio puede variar en intensidad y puede librarse en distintos campos.

Cuando es en el mental -más allá del sufrimiento- las posibilidades de cambio son mejores.

Por lo gral las personas comienzan angustiándose. Si se da lugar a esa sensación y se trabajan sus orígenes, hay chances de entender cuál es el mandato detrás del accionar propio y redireccionar los objetivos de vida.

Si se desoye esa sensación, puede cronificarse y en algunos casos pueden aparecer depresiones o montos de ansiedad muy altos que generan “actos sin pensar”, impulsivos, muchas veces dañinos.

Si esta conflicto se traslada al cuerpo se somatiza. Dependiendo del funcionamiento de cada uno, de la edad, de la presión externa que se padece y de la salud previa puede ir desde una baja de defensas que se traduce en distintas enfermedades hasta situaciones más graves de estrés, como las cardiovasculares.

Los mandatos según género son igualmente efectivos y adquieren distinta forma (la belleza pesa más en las mujeres y el poder económico pesa más en los hombres, por decir lo mas cliché), pero lo más significativo en cómo se manifiesta en cada uno tiene que ver con el deseo de enfrentarlo y la flexibilidad que se necesita para cambiar una vez que son puestos en jaque.

Las mujeres tenemos más permisos que los hombres para pelearlos, porque somos por lo general más sensibles y se nos hace muy difícil soportar lo que no nos gusta porque nos cuestionamos mas, nos preguntamos mas, le damos más vueltas a cada asunto.

Ese rasgo, el “ser vuelteras” en este caso nos favorece porque es más común que registremos el malestar e intentemos cambiarlo.

El 78% de las consultas que nosotros recibimos en la consultora es de mujeres que quieren cambiar de trabajo porque se dan cuenta de que están haciendo algo “para otros” y que quieren hacer por ellas. El 30% de las que consultan inician un proceso de búsqueda de un nuevo proyecto laboral que contemple en primer lugar sus deseos. En cambio, del 22% restante de consultas que recibimos de hombres, sólo el 5% se anima a enfrentar su rol laboral aun a pesar de que no le reditúa ninguna realización personal. Pareciera que no es de hombre arriesgarse a elegir según el deseo. Eso seguramente si se trabaja desnuda mandatos de larga data vinculados a la identidad proveedora sin cuestionamientos.

Los mandatos no tienen el mismo peso si vemos el corte generacional.

La franja de edad de menos de 35 años si bien puede empezar su vida laboral apoyada en deseos/expectativas e ideales de otros, si no se siente realizada levanta la mano rápido. Es el 26% de la gente que pide ayuda.

Aquellos que están entre los 35 y los 50 están más castigados. Son el 62% de nuestras consultas, y llegan porque se sienten muy mal.

El 14% restante tiene más de 55 años y es una población muy valiente, que busca reinventarse a pesar de que en nuestra sociedad ya se esperaría que estén pensando en su retiro.