Hola a todos! La historia de hoy viene a reforzar y a dar testimonio de alguno de los temas que vimos el mes pasado durante el taller Construí tu nuevo rol laboral: la exploración interna para definir qué queremos hacer y como motor para dar ese primer paso y soltar lo que no nos satisface plenamente.
La protagonista de la historia se llama Cecilia, ella es esposa y mamá de Agus. Cecilia solía tener un trabajo envidiable para algunos, porque dedicaba su vida a viajar y a recorrer lugares nuevos: trabajó durante 15 años como auxiliar de abordo volando a destinos internacionales, por lo que prácticamente se había convertido en un modo de vida para ella. Pero aún con los beneficios de un “buen trabajo” y el respaldo de 15 años de experiencia, Cecilia sentía que ese presente no la hacía feliz. Con tantas horas de vuelo, era difícil poder llevar adelante un emprendimiento de manera paralela con su trabajo, por lo que fue postergándolo. Hasta que, tal y como dicen, su primer bebé iba a llegar con un pan bajo el brazo: el quedar embarazada le permitió tener más tiempo libre y terminó siendo el empujoncito que tanto necesitaba.
Y ese fue el click para empezar con una búsqueda que resultó en aceptar el desafío de seguir su verdadera pasión, la pastelería, que siempre estuvo presente en su vida pero hasta ese momento sólo como un espacio de placer y no como un proyecto con futuro.
A veces cosas que suceden en la vida nos obligan a posponer nuestros proyectos, algunas buenas y otras malas. Para Ceci hubo de las dos, la buena es que iba a ser mamá de Agus, y ya sabemos que el embarazo es hermoso aunque limite algunas cosas, y la mala fue un accidente que la mantuvo un tiempo en reposo y en una larga rehabilitación. Pero la semillita emprendedora ya estaba, seguía ahí, el click estaba hecho y ella seguía inquieta y con ganas a pesar de todo. La pastelería quedó en suspenso pero decidió que algo suyo tenía que hacer, algo que expresara esas ganas de emprender, fue entonces donde surgió su otra pasión, el tejido, y todo desembocó en Koiko, una espacio donde Cecilia crea objetos tejidos que decoran y aportan calidez a todos los hogares a los que llegan.
Esta problemática suele ser recurrente entre quienes no están conformes con su vida laboral: saben lo que no quieren hacer, pero no tienen muy claro hacia dónde ir. Y es lógico, porque no estamos preparados para preguntarnos qué es lo que realmente queremos, porque no tenemos el hábito de hacerlo, y porque muchas veces los mandatos sociales y familiares nos llevan a tomar un camino que no elegimos. En este sentido, la búsqueda interna es siempre el paso fundamental para entender hacia dónde queremos comandar nuestro futuro laboral. “Hice muchos talleres y cursos de manualidades (las que se te ocurran, ja!) hice pastelería y hasta sommelier de té”, nos cuenta Cecilia. Cuando no tenemos muy claro qué cosas nos gustan, o tenemos más de una, la experimentación suele ser la mejor manera de orientarnos. Y al parecer la protagonista de nuestra historia no dudó en intentar encontrar su rumbo, pudo resignificar esas pasiones que traía desde chiquita desde un enfoque más concreto para darles forma y empezar su proyecto.
Cuando le preguntamos a Cecilia qué le diría a alguien que está pensando en cambiar su vida laboral ella nos dice: “Le diría que es un cambio muy grande pasar de trabajar en relación de dependencia a ser independiente, que hay que remar mucho. Pero se puede, todo lo que uno hace con el corazón y la pasión sale. Hay que animarse y correr el riesgo! Es lo mas lindo ser emprendedor.”
Lo mismo creemos en Glimar: el camino no es corto, hay que estar dispuesto a renunciar a algunas cosas a las que estamos acostumbrados, pero que el cambio vale la pena.
Gracias Cecilia por contarnos tu historia! Pueden conocer sus hermosos tejidos en estos links:
