¡Hola a todos!
Hoy los invitamos a reflexionar sobre algo que a primera vista parece un tanto obvio, pero que hacerlo de manera consciente lleva tiempo y una cuota de valentía. Estamos hablando de conocernos a nosotros mismos, ser amables con lo que somos y con lo que buscamos ser. ¿No les parece una de las metas de la vida? ¿No es acaso un buen objetivo conocer nuestros deseos en cada etapa que vamos viviendo? Eso sí, el recorrido es largo. Y es que en el camino nos distraemos con el dinero, expectativas propias y ajenas, por un anhelado estilo de vida que nunca llega (ni aun cuando vamos comprando en miles de cuotas aquellos objetos “deco” tan deseados), vamos siguiendo la famosa zanahoria (nadie está exento). Es que el camino de la vida es una misma distracción. La vida es eso. Es transitar, caminar, conocer, distraerse, aprender, caerse, equivocarse todo el tiempo.
Pero también es un lindo hábito tomarnos un tiempo para relajar la cabeza un poco. Detenernos en medio del caos mismo, del brote emocional, de la ansiedad pura, del correr para todos lados. Parar la máquina. Inspirar, exhalar. Pensar algo que nos guste y nos relaje y meditar un poco en qué andamos.
Desde Glimar los alentamos a pensar qué cambio estamos queriendo o necesitando. Y por más que no haya respuestas inmediatas, habrá posibles preguntas, incógnitas, blancos. Son los primeros índices de que estamos en un buen comienzo. Nada sale rápido, mágicamente ni sin recorrer un camino. Todo tiene su proceso. En nosotros está, en cómo decidamos recorrer ese camino. Aprender a conocer lo que queremos o necesitamos en un momento de cambio o crisis es un trabajo, y puede llegar a ser un largo camino, pero tiene un destino, eso seguro. Y es para valientes.
¡Hasta la próxima!
