Iniciamos un nuevo año y las energías se renuevan, apostamos a nuevos objetivos y nos encontramos frente a una hoja en blanco lista para ser cargada de proyectos. Y entre todo el entusiasmo y las ilusiones aparecen suposiciones, imágenes mentales que nos teletransportan al futuro. Pero también forman parte de una mochila que empieza a llenarse de a poquito, pero que puede complicarnos el camino más adelante. Estas construcciones mentales son las expectativas; ladrillos que pueden ayudarnos a construir nuestro futuro, pero que también pueden cargarnos de un peso innecesario que termina dificultando nuestro andar.
En primer lugar, es importante entender el origen de nuestras expectativas: La imagen que construimos de nosotros mismos, se conforma desde las expectativas ajenas: de nuestros padres, familia, amigos, colegas, etc. Lo que esperan los demás de nosotros, termina influyendo en nuestro autoconcepto. Y es muy posible que esto a su vez afecte, de manera positiva o negativa, nuestro rendimiento, la manera en que nos comportamos y percibimos nuestra realidad. Identificar cuáles son las expectativas que provienen de deseos ajenos nos permite verlas de otro modo, neutraliza la presión y nos permite enfocarnos en aquellas que realmente nos guían hacia nuestro verdadero ser.
La flexibilidad de las expectativas también es un factor clave: es inevitable construir ideas acerca de lo que creemos que tendría que ser. Visualizar lo que queremos que pase a futuro es altamente motivador; pero ser conscientes de que las cosas no siempre pasan de la manera en que nosotros queremos nos alivia, nos permite posicionarnos de manera diferente si la realidad nos exige cambiar de rumbo. En definitiva, flexibilizar nuestras expectativas evita frustraciones y nos vuelve más permeables al cambio.
Lo esencial en esta época es tomar consciencia de aquellas expectativas que parten desde nuestro interior, desde el deseo de construir esa vida que soñamos. Y dejar de hacer foco en el posible resultado y concentrarnos en la búsqueda.
¡Hasta la próxima!
