¡Hola a todos!
Fin de año es una época de pasaje y de transición. Por más que el 02 de enero nuestra rutina siga tal como la dejamos el 31 de diciembre, los rituales tradicionales nos invitan a hacer balances. Y tener excusas para pensarnos, para reflexionar acerca de nuestras decisiones y de nuestras acciones siempre es bienvenido.
Este 2017 fue difícil. Pero a pesar del clima tenso y de las continuas restricciones a las que nos enfrentamos como sociedad, a Glimar se acercaron muchísimas personas que siguen buscando ser felices, que no se resignan y no aflojan. Haciéndolo honor a ellos, y dedicado especialmente a aquellas personas que este año vieron sus ilusiones puestas en jaque, comparto un hermoso texto de Alejandro Robino:
Instrucciones para capear el mal tiempo
En primer lugar, no se desespere y en caso de zafarrancho no siga las reglas que el huracán querrá imponerle.
Refúgiese en la casa y asegure los postigos una vez que todos los suyos estén a salvo.
Comparta el mate y la charla con los compañeros, los besos furtivos y las noches clandestinas, con quien le asegure ternura.
No deje que la estupidez se imponga.
Defiéndase.
A la estética, ética.
Esté siempre atento.
No les bastará empobrecerlo y lo querrán someter con su propia tristeza.
Ríase estentóreamente.
Mófese: la derecha está mal cogida.
Será imprescindible cenar juntos cada día hasta que la tormenta pase.
Son cosas simples, sencillas, pero no por ello, menos eficaces.
Diga hacia el costado buen día, por favor y gracias.
Y la concha de tu madre cuando lo soliciten desde arriba.
Tírele con lo que tenga, pero nunca solo.
Ellos saben cómo emboscarlo en la desprevenida soledad de una tarde.
Recuerde que los artistas serán siempre nuestros.
Y el olvido será feroz con la comparsa de impostores que los acompaña.
Todo va a estar bien si me hace caso.
Sobreviviremos nuevamente, estamos curtidos.
Cuidemos a los pibes que querrán podarlos.
Solo es menester bien pertrecharse y no escatimarnos amabilidades.
Deberemos dejar a mano los poemas indispensables, el vino tinto y la guitarra.
Sonreírles a nuestros viejos como vacuna contra la angustia diaria.
Ser piadosos con los amigos.
No confundir a los ingenuos con los traidores.
Y aún con estos, tener el perdón fácil para cuando vuelvan con las ilusiones forreadas.
Aquí nadie sobra.
Y eso sí, ser perseverantes y tenaces, escribir religiosamente todos los días, todas las tardes, todas las noches.
Aún sostenidos en terquedades si la fe se desmorona.
En eso, no habrá tregua para nadie.
La poesía les duele a estos hijos de puta.
Empezamos el 2018 con el desafío de resistir. Resistir al pesimismo, a la individualidad, al querer salvarse solo, al puro presente. Porque a pesar de todo sigo creyendo que está bueno proyectarse, ilusionarse, encontrarse con otros que están en la misma búsqueda, construir de manera colectiva una nueva manera vincularnos con lo que hacemos todos los días. Deseo que en este nuevo año volvamos a ilusionarnos, que podamos salir del momento apático en el que vivimos, que volvamos a visualizar, a proyectar y a desear lo que queremos vivir.
Feliz año a todos los que dan pelea y buscan ser felices!
Claudina
Hermoso Claudina. Gracias x el texto. Por hoy. Por todo.