Me llamo Gisela.
Ahora doy clases de tango argentino y cada tanto hago diseño gráfico. Antes era diseñadora gráfica y cada tanto bailaba tango.

Mi cambio fue irme de buenos aires a zurich: me invitaron a ir de gira y fui.
En ese momento no hubo más trabajo de diseño, necesitaba cambiar el rumbo y el tango seguía floreciendo en el resto del mundo.
Asi gané un nuevo amor, una escuela de baile, muchos nuevos alumnos en varias escuelas, mantuve la libertad del trabajo independiente y perdí el estar viviendo cerca de la familia y los amigos.
El motor vino por el lado de tener ganas de hacer un trabajo físico y menos mental, cansarme por bailar y no por los clientes seguir siendo creativa sin tener que dar explicaciones y cobrar en efectivo cada día.

No soy buena para dar consejos pero a alguien que arranca le diría que la decisión tiene que ver con el carácter de la persona, las oportunidades que se le presenten y lo que haga con eso.