Es psicóloga y después de trabajar muchos años en una multinacional, apostó a su emprendimiento personal. Creó Glimar, un espacio desde donde te ayuda a conectarte con tu propio deseo y crear un proyecto laboral que te haga feliz.
Cada vez escuchamos más esta idea de integrar placer-trabajo. Es que la satisfacción personal y laboral ya no son dos áreas que se administran por separado (¡por suerte!). Inspirada en esta idea, Claudina Kutnowski le dio forma a Glimar. Una propuesta en donde a través de grupos de reflexión, te ayuda a encontrar tu lugar en el mundo laboral.
¿Cómo fue esto de jugártela por tu sueño y abandonar un trabajo estable?
Trabajé durante más de 15 años en grandes empresas y más allá del éxito profesional que lograba, no me sentía realizada en lo que hacía. Había un pendiente interno diario, pero estaba inmersa en un círculo donde trabajaba muchas horas y no tenía ni tiempo ni disponibilidad mental para pensar cómo hacer para renunciar y ganar el dinero que necesitaba con otra actividad. Me sentía terrible. Hasta que pude dar el salto.
¿Cómo hiciste?
Empecé a estudiar este fenómeno (esto que me pasaba a mí misma), y me di cuenta que se daba en mucha gente de todo el mundo. A la par, fui desarrollando un método de ayuda para quienes se encontraban en esta situación, y a partir de allí empecé a incorporar distintas áreas de estudio y trabajo que son las que hoy conforman la consultora.
¿Quiénes se acercan a Glimar?
Personas que no la pasan bien con su trabajo. Cada una con una historia distinta, pero todas con deseos postergados, miedos infundados, prejuicios, culpa por dejar en segundo lugar a la familia, desinformación. Este mix de dificultades emocionales y operativas es el lugar donde yo trabajo. Es un espacio desafiante para ambas partes ya que propone repensarse, redescubrirse, reinventarse, y eso implica soltar y perder; algo que nos cuesta mucho a todos.
¿Qué hacemos con los miedos que surgen cuando queremos cambiar de trabajo?
Hay que trabajarlos. Hay que objetivizar las reales opciones y evaluar razonablemente qué se puede hacer. No siempre es dejar la relación de dependencia. Quizás es dejar determinado empleador. A veces se confunde la insatisfacción con la tarea, con una insatisfacción más general: con el jefe, con la empresa, con las posibilidades de crecimiento, etc.
¿Por qué dejamos pasar tanto tiempo para hacer lo que realmente queremos?
A veces encontrar lo más cercano, lo más interno, lo más propio, es más difícil que emprender grandes cosas externas. Y esto es así porque no nos educaron para ser felices, sino para pagar por felicidad. Para que siempre nos falte algo que supuestamente está afuera. Es importante trascender esa confusión y asociarnos a quienes realmente somos. Hacer lo que realmente amamos trae salud mental y física. Trae alegría y bienestar.
¿Y a vos, qué es lo que más te gusta hacer? ¿Estás siguiendo tu propio deseo?