Hola a todos! ¿Quién de ustedes está intentando avanzar, cambiar de rumbo o emprender un camino diferente en su vida laboral? Acá venimos a compartir una serie de pasos que hacen ese camino menos sinuoso y nos permiten dar pasos más firmes. ¿Nos acompañan?
1- Reconocer paradigmas externos. Y derribarlos.
Nacemos dentro de una cultura que define indicadores de muchas cosas: qué es ser femenina o masculino, qué es ser exitoso, qué es ser equilibrado, qué es ser culto, etc, etc, etc. Y además nacemos en familias con definiciones propias. Y desde esa posición es como vemos el mundo y, dentro de él, nuestra relación con el trabajo.
¿Y si llegamos a ese supuesto éxito y no encontramos satisfacción? ¿Qué sentimos cuando cumplimos con todos esos mandatos pero hay algo que no nos cierra? Ahí es cuando no podemos desoír nuestra voz interior, porque ese es el puntapié inicial para el cambio.
2- Descubrir nuestro capital interior. Y potenciarlo.
El segundo paso para dar volantazo en nuestra vida laboral es entender que el trabajo puede ser un fin en sí mismo. Sí. Definitivamente el trabajo no es como lo pensaban nuestros abuelos y nuestros padres, el trabajo puede darnos satisfacción, plenitud y hacernos felices. Pero eso requiere que entendamos un poco más quiénes somos, qué nos gusta, qué nos hace vibrar y qué nos enamora de nosotros mismos. Y sobre todo entender para qué somos buenos, reconocer nuestros talentos, nuestras habilidades y buscar la forma de potenciarlos.
3- Abrazar nuestros miedos. Y encararlos.
Empezar a pensarse distinto es un trabajo en sí mismo y por supuesto, en el camino empiezan a surgir inseguridades que pueden hacernos tropezar. ¿Cuál es el secreto para minimizarlas? Informarse. Definir lo que buscamos y estar informado sobre el tema minimiza la ansiedad. El desconocimiento es una gran aliado del miedo y de la inacción. Entender el escenario colabora en la toma de decisiones y permite anticiparse para llevar adelante los cambios necesarios de la manera más sana.
4- Tener sueños grandes. Y definir acciones pequeñas.
¿Qué pasa cuando tenemos definido hacia dónde queremos ir? ¿Cómo hacemos si nos sentimos abrumados por todo lo que queda por delante? La palabra clave es fragmentar. Separar las complejas y extensas ideas de tal manera que queden convertidas en pequeñas tareas que se puedan realizar y entonces simplemente comenzar por la primera.
Podemos buscar grandes objetivos, pero siempre tenemos que reducirlos a pequeñas acciones, ordenarlas, transformarlas en una serie de tareas consecutivas e ir por partes.
Gracias a Glimar nos cruzamos con mucha gente que patea el tablero y que nos enseña día a día que podemos ser tanto más felices sin mucho más que volver la mirada más hacia dentro de nuestro propio capital, nuestro ser. Que nuestra productividad interna es extraordinaria, sólo tenemos que animarnos a buscarla y encausarla para que de sus frutos.
Ahora sí, estamos listos! Avancemos!
Buenísimos estos 4 pasos! GRACIAS