Después de los festejos correspondientes, venimos a hacerle honor a la amistad con una historia que tiene dos protagonistas, ellas son Patricia Eccel y Claudia Capparelli. Son amigas desde hace 30 años, pero además tienen un largo camino recorrido en el mundo emprendedor como socias, y su historia es más que inspiradora.
El camino emprendedor de Patricia y Claudia comenzó hace unos cuantos años. En ese recorrido fueron dándole vida a varios proyectos, todos ellos diferentes, pero atravesados por las pasiones de sus dos hacedoras: las cosas ricas, los momentos compartidos, el festejo y el disfrute de las cosas lindas de la vida. Mientras trabajaban en relación de dependencia, comenzaron a hacer tortas para bares. A medida que el proyecto fue creciendo incorporaron otro tipo de comidas. Con el nacimiento de sus hijos las prioridades empezaron a cambiar, y este proyecto quedó en standby por un tiempo. Al retomar decidieron hacerlo con Festejar y Disfrutar, un emprendimiento de organización integral de eventos al que también se sumaron sus maridos.
Pero el espíritu emprendedor de estas dos amigas no se quedó quieto, y con el tiempo empezó a rondar una nueva idea, una fantasía para ese entonces: soñaban con abrir un bar, el espacio perfecto para que convivan sus conocimientos gastronómicos y su pasión por crear momentos de encuentro entre las personas.
Increíblemente todo se fue dando. Lo primero que apareció fue el lugar: un local que había estado cerrado por más de 30 años. Patricia y Claudia nos cuentan: “Era mucho riesgo, trabajo y dedicación personal y familiar. Cambiar techos, hacer instalación de gas, baños, todo esto sólo para empezar! Decidimos aceptar el desafío, lo que significó sábados, domingos y feriados de trabajo durante nueve meses, ya que toda la refacción fue hecha por nosotros.” Dos puntos importantes para cualquier sociedad: un objetivo común y el compromiso de cada una de las partes para aportar todo de sí.
En ese entonces, cada uno continuaba con su trabajo personal, entonces era necesario que las pautas y la división de tareas sea clara para todos. “Cada uno puso lo que sabía para llevar a delante lo que hiciera falta: desde las mesas y las estanterías hasta la realización de la carta, el diseño de platos y los costos que implicaría llevar adelante el proyecto.” Otro punto importante: un emprendimiento siempre implica llevar a cabo infinidades de tareas, por lo que es difícil que una sola persona pueda tener las habilidades para ejecutarlas todas. Buscar socios que nos complementen en aquellas áreas en las que no somos expertos es fundamental para que cada uno pueda aportar todo su potencial.
Con todo casi a punto, Patricia y Claudia decidieron apostar a su emprendimiento y finalmente renunciaron a sus respectivos trabajos. Ahora sí, estaba la energía enfocada al 100% para la inauguración: el 15 de diciembre de 2012 nació el bar La Buena Vida, la evidencia perfecta de que el trabajo en equipo basado en la confianza y el compromiso tiene su recompensa.
Este emprendimiento gastronómico es la síntesis de todo a lo que aspiraban estas dos amigas a lo largo de su recorrido emprendedor: un lugar al que la gente va en busca de “cosas ricas”, un lugar agradable, tranquilo y con buen clima, tanto para encontrarse con amigos, como para leer o trabajar. “El espíritu de nuestro emprendimiento es un espíritu sencillo pero cuidadoso en los detalles. Tranquilo, pero alegre. Buscamos que cada persona despierte su “Anton Ego”, que descubra emotivamente reminiscencias de su infancia.”
Pero como todo emprendimiento va mutando, en la actualidad el bar La Buena Vida sigue avanzando, obligando a Patricia y a Claudia a tomar decisiones para poder delegar tareas y así poder dedicar tiempo a innovaciones que las lleven al crecimiento de este hermoso emprendimiento.
Con tantos años de exitoso trabajo asociado en su haber, quisimos preguntarles si tenían alguna receta para crecer a la par: “Cuando una esta mal anímicamente, desalentada o se levantó cruzada la otra la empuja hacia adelante! Y así vamos creciendo en la vida y en nuestro emprendimiento. Pero siempre y por sobre todo con un inmenso cariño, respeto y confianza la una hacia la otra, creemos que estos son los valores fundamentales en toda relación.”
Como siempre, les preguntamos qué le dirían a alguien que está por empezar: “Que sigan la intuición aunque parezca una locura. El camino del emprendedor no es fácil pero sí da muchas satisfacciones. Algo que podemos sugerirles es que se relacionen con otros emprendedores que siempre es enriquecedor aunque parezca que es tiempo perdido o no te va a servir .”
Gracias Patricia y Claudia por tan linda historia y por animarse a emprender a la par! Quienes quieran conocer los proyectos de estas dos socias, pueden pasar por estos enlaces:
https://www.facebook.com/elbarlabuenavida
http://festejarydisfrutar.blogspot.com.ar/
¡Que lindo post, Patri y Claudia dos soles de personas! Ellas son La Buena Vida, un espacio donde reina la armoníoa, el buen comer, el buen Té y la buena amistad!
Hoy almorce allí, muy buena atencion, comida rica y casera y ambiente calido que invita a quedarse!!!!! Mucha suerte