Cuando el cuerpo hablaHola a todos! Hoy traemos al blog una temática recurrente entre las personas que llegan a Glimar: ¿qué pasa cuando el cuerpo empieza a dar signos físicos de que algo anda mal?

Sabemos que nuestro cuerpo forma parte de nuestro lenguaje, que las señales que nos da pueden ser la respuesta a una decisión demorada, a algo que no terminamos de expresar, algún hacer que nos genera contradicción o simplemente a un gran cansancio.

Aún sabiendo esto, no siempre prestamos atención a sus mensajes. Tendemos a minimizarlos, a pasarlos por alto sospechando que es algo pasajero, hasta que empieza a convertirse en algo crónico. Lo peor que podemos hacer es acostumbrarnos a vivir con eso o automedicarnos, podemos (y debemos!) vivir sin malestares físicos. Entonces, lo primero que solemos hacer es recurrir a un médico. Desde Glimar recomendamos hacerlo siempre, pero hay casos en los que la persona deambula de médico en médico buscando el remedio mágico pero cada visita a un doctor y cada estudio clínico terminan con la misma frase: “No tenés nada”. Entonces, ¿qué hacemos si el malestar persiste?

Lo primero que debemos saber es que hay ciertas dolencias físicas que generalmente responden a algún conflicto emocional y a las que tenemos que prestar especial atención: dolores corporales no específicos, es decir, cuando no podemos explicar exactamente qué dolor sentimos, contracturas, dolores de cabeza, afonías, cuadros virales que nunca terminan de curarse. El cansancio crónico y el bruxismo también pueden ser síntomas de stress. Estar atentos a este tipo de mensajes que emite nuestro propio cuerpo nos permite intervenir y transformar lo que nos pasa en algo que permita un cambio y mejorar.

Cuando el cuerpo empieza a hablar no sólo debemos escucharlo, sino que debemos entender su lenguaje como una alerta. Posiblemente estemos en el momento de arremangarnos y tomar por las riendas esa situación que nos está haciendo mal. Es el momento de hacer una consulta profesional y empezar a trabajar lo emocional, indagando internamente qué es lo que deberíamos modificar. Como siempre, la respuesta está en nosotros mismos.

Hasta la próxima!