Hola a todos! En los últimos meses, gracias a la buena convocatoria que tuvo el taller Construí tu nuevo rol laboral, hicimos mucho hincapié en lo que tenemos que tener en cuenta cuando queremos iniciar un camino emprendedor, cómo minimizar los miedos y la ansiedad, cuál es la mejor forma de dar el primer paso.
Hoy venimos a hablarle a los emprendedores que ya tienen un proyecto en marcha, que hace un tiempo se animaron y apostaron por lo que les apasiona y hoy se encuentran frente a nuevos desafíos. Porque dar el primer paso es todo un acontecimiento, pero sostener un emprendimiento y poder vivir de eso también lo es. Y muchas veces perdurar en el tiempo con un proyecto emprendedor depende de nuestra habilidad para analizar el camino transitado, asumir nuestras limitaciones y, fundamentalmente, de nuestra capacidad de pedir ayuda.
Suele pasar que el emprendedor en sus comienzos es lo más parecido a un hombre o una mujer orquesta: desde el diseño de sus productos hasta la facturación, todo pasa por sus manos. A veces por falta de recursos, pero muchas otras por querer abarcar cada una de las patas de su proyecto. Debido a esto, solemos perder el foco de hacia dónde queremos ir, y el proyecto empieza a tomar rumbos que no esperábamos, o que no están del todo alineados con lo que queríamos lograr.
En ese momento es cuando tenemos que sentarnos y volver a la pregunta inicial: ¿Para qué decidí emprender este proyecto? Si la intención era pasar más tiempo con la familia, debemos preguntarnos qué tanto tiempo tenemos disponible ahora que somos nuestros propios jefes. Si, en cambio, queríamos tener más libertad para vivir de lo que nos apasiona, la pregunta deberá ser cuánto tiempo le dedicamos efectivamente a eso que tanto amamos o si en realidad la mayor parte del día estamos enfocados en otras tareas que podríamos delegar.
El segundo paso será hacer un análisis de cada área de nuestro proyecto de manera consciente. Seguramente haya áreas en las que nos desempeñemos mejor que en otras, y quizás en esas otras sea momento de pedir ayuda, de buscar un profesional que pueda asesorarnos o darnos una mano para alivianar la tarea diaria y reenfocar nuestra energía para encauzar nuestro proyecto hacia el camino deseado.
Algo así le pasó a Victoria, quien llegó a Glimar luego de ser emprendedora por más de seis años. Después de un largo camino a cargo de su marca Little Things Handmade, sintió que era un momento de cambio, notó la necesidad de poder poner en común la situación de su proyecto con alguna persona que asesorara emprendedores. – La idea era encontrar una persona con quien pudiera conversar sobre las inquietudes en esta etapa de mi emprendimiento, los miedos que tenía y cómo quería encarar los nuevos deseos. – nos cuenta Vicky. Así iniciamos una asesoría por Skype, porque ella vive en Olavarría. Cuando le preguntamos a Victoria cuál fue su experiencia con la asesoría de Glimar, ella nos dijo: – Utilizar este sistema de asesorías online fundamentalmente me trajo comodidad, rapidez y la posibilidad de tener las mismas oportunidades que cualquier persona que estuviera en Capital, viviendo en el interior. Desde mi casa y sin viajar. Además la asesoría fue algo muy positivo, logré ganar confianza, reafirmar conocimientos y encontrar la manera para empezar a tomar decisiones, es decir…traducir todos esos miedos que tenía en acciones. –
Para nosotras la experiencia fue altamente positiva, porque nos permitió entender que siempre hay nuevos desafíos e inquietudes y que hasta el más experimentado emprendedor a veces necesita reorganizar sus ideas y frenar para volver a ponerse en marcha.
Hasta la próxima!