crisislaboral

Hola a todos!

Hoy traemos al blog una palabra que, a primera vista, nos asusta un poco, pero que en Glimar creemos que podemos convertirla en una situación positiva. Esa palabra es CRISIS. En nuestra cultura esta palabra suele tener connotaciones negativas, por eso nos asusta y tratamos de esquivarla. Pero si nos remontamos a su etimología empezaremos a descubrir otras aristas, bastante más esperanzadoras: la palabra crisis proviene del griego krísis, que significa “separación”, “distinción” o “elección”. Etimológicamente al menos, crisis es todo lo contrario a aceptar un destino que suponíamos inevitable. Los tiempos de crisis son tiempos de decisión, de inteligencia y de valentía.

Una crisis laboral ocurre en el momento en el que notamos que la rutina que llevamos ya no nos completa, ya no nos marca un rumbo que nos entusiasme. Puede darse porque no estamos a gusto en el lugar o con las personas que trabajamos, porque se nos hace difícil articular las exigencias de nuestro trabajo actual con el tiempo que queremos dedicarle a nuestra familia, o simplemente porque entendimos que el rumbo laboral que tomamos no es el que nos completa como personas. Cuando llegamos a esta situación surgen algunas posturas que no nos permiten avanzar, que nos retienen hacia atrás para evitar pasar por esa instancia transformadora que, por supuesto, supone renunciar a ciertas cosas.

La primera tiene que ver con la incertidumbre: “Sé lo que no quiero, pero me pone mal no saber qué hacer después.” En una primera instancia la incertidumbre suele generar ansiedad y angustia, pero un interrogante abierto también es una oportunidad. Desde el momento que entendimos lo que NO queremos hacer, empieza un camino de búsqueda interna que también puede transitarse de manera placentera, volviendo a conectarnos con lo que nos gusta. Permitirnos disfrutar del proceso que supone reinventarse es tan importante cumplir el objetivo de entender qué queremos hacer.

Otro obstáculo que solemos encontrar es el enojo al mirar hacia atrás: “Perdí mucho tiempo en algo que en realidad no me gusta”. Desde Glimar entendemos el cambio laboral como una transformación desde las habilidades y la experiencia de cada uno. Nunca una crisis laboral será como cuando empezamos en nuestro primer trabajo: es importante capitalizar nuestra experiencia, identificar nuestras habilidades y potenciarlas para que el nuevo proyecto que encaremos se nutra de todo eso.

Por último, cuando llegamos a cierto límite emocional y hasta físico, la urgencia puede jugarnos en contra. La frase “Necesito un cambio ya!” puede llevarnos a tomar decisiones impulsivas que difícilmente lleguen a buen puerto. Tomar las riendas de nuestra vida laboral e iniciar un proceso de cambio supone una planificación, una búsqueda y una decisión que puede llevarnos meses. Es importante darnos el tiempo necesario para lograr atravesar la crisis con la mayor cantidad de certezas posible, esto disminuye los miedos y nos aleja del famoso “salto al vacío”.

En definitiva, una crisis laboral es un camino de exploración y de reinvención personal que podemos transitar con una mirada positiva, sabiendo que estamos poniendo nuevamente en valor nuestros deseos. Por eso es importante darnos tiempo, permitirnos dudar y cuestionarnos y celebrar cada pequeño avance.

Hasta la próxima!