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Hola a todos!

A lo largo de tantos años de trabajo, en Glimar hemos escuchado muchas frases y pensamientos que se repiten entre las personas que trabajan en relación de dependencia y quieren empezar un proyecto de manera independiente. Muchas de esas frases reflejan obstáculos que les impiden seguir avanzando en ese sueño del proyecto propio, pero algunas de ellas no son más que trabas emocionales, ya sea por querer satisfacer una demanda social, o por miedo al cambio que conlleva repensar el rumbo laboral. Porque los miedos son sanos, mientras los podamos entender y no obstaculicen el crecimiento. Pero cuando esos miedos se convierten en limitantes está bueno pedir ayuda y pensarlos con alguien más. Por eso, queremos compartir con ustedes algunas de las frases más comunes, para echar por tierra esas trabas y pasar a la acción. Acá vamos:

“Lo mejor que me podría pasar es que me echen”

Es la frase de cabecera para aquellos que tienen en claro que quieren dejar su trabajo actual, pero esperan un empujón que venga de afuera para dar el primer paso. La realidad es que en estas situaciones la presión emocional es mucho mayor, porque ya no contamos con nuestro trabajo actual y tenemos que definir qué rumbo queremos tomar de manera más apresurada. A menos que tengamos un plan de salida, esta situación no suele ser la ideal. La experiencia nos dice que la mejor opción es iniciar el cambio desde adentro, y no esperar que un factor externo nos obligue a activar.

“Tengo muchos gastos para dejar mi sueldo fijo”

Cuando no nos sentimos plenos con nuestro trabajo, solemos darle un valor exagerado al rédito económico. Eso nos lleva a tener gastos innecesarios que muchas veces actúan como parches de nuestra propia insatisfacción. La gran mayoría de las personas que logran renunciar a su sueldo fijo, con el tiempo también reducen algunos de sus gastos y se dan cuenta que no necesitaban tanto dinero como creían para vivir plenamente.

“No quiero tirar por la borda tantos años de trabajo”

Aquellas personas que cuentan con diez, quince o veinte años de experiencia laboral, muchas veces sienten que darle un giro a su manera de trabajar es desaprovechar todos esos años de carrera. Desde Glimar intentamos capitalizar esas habilidades que fueron adquiridas para resignificarlas y potenciarlas en favor del nuevo rumbo que tomemos. Reinventarse laboralmente no es quemar todo, es justamente darle nuevo sentido a lo ya adquirido.

En definitiva, cuando no podemos avanzar frente a un deseo de cambio, un buen ejercicio es intentar identificar cuáles de los obstáculos que se nos presentan son reales, y cuáles son trabas internas propias del miedo a dar ese gran paso. Darle importancia a nuestro sentir y aprender a escucharnos es el primer paso para avanzar.
¡Hasta la próxima!