¡Hola a todos!
Hoy quiero compartir con ustedes la historia de Mel, que se acercó a Glimar con un proyecto y un objetivo claro, pero con la necesidad de encauzar ese crecimiento dándole un rumbo que transmitiera 100% su identidad como diseñadora. Cuando encaramos un proyecto de manera independiente y trabajamos solos, el asesoramiento en diferentes áreas es fundamental, para enriquecer nuestra visión del negocio, para incorporar nuevos puntos de vista y hacer crecer nuestras ideas. Así fue que Mel comenzó una nueva etapa en Libria, proyecto a través del cual asesora clientes en diseño de interiores. Los dejo con la protagonista de nuestra historia, que cuenta su proceso en primera persona:
Me llamo Melisa Ruiz, mi último trabajo en relación de dependencia fue como Visual Merchandiser en una cadena muy grande de objetos deco. En paralelo trabajaba como diseñadora de interiores, como productora editorial para Revista OHLALÁ! Y en el proyecto de mi hermana, del cual también soy socia, Delicious Machine.
Desde antes de mi último trabajo en relación de dependencia, en el que estuve tres años, yo ya sabía que quería ser independiente, tener un proyecto propio donde pueda trabajar de lo que me gusta. Creé en ese momento mi fan page DECOholics, donde compartía tendencias en decoración, y mis trabajos como asistente y productora de notas de decoración para diferentes revistas. Desde que empecé con eso hasta hoy pasaron casi 4 años y gracias a la difusión que iba generando, fui consiguiendo algunos clientes. Esto creo que es muy importante, estar donde estoy hoy es producto de mucho tiempo de trabajo, sistematicidad, paciencia y foco.
En ese momento supe que podía hacer crecer mi proyecto, porque ya lo estaba haciendo dedicándole sólo mis tardes después del trabajo. Luego de muchos cambios estructurales en la empresa en la que estaba, me fui aburriendo y cansando de mi trabajo, cada vez teníamos más responsabilidades e íbamos quedando menos en el equipo y el clima iba empeorando con el paso del tiempo. Ese fue el último gran empujón.
Uno de los motores sin dudas fue la relación economía/tiempo/felicidad. Puse todo eso en la balanza y no tenía mucho qué pensar. Con mi proyecto estaba ganando muy bien, y sabía que si le dedicaba más tiempo había más posibilidades de conseguir más clientes.
Mi cambio fue de un trabajo en relación de dependencia a la independencia. Fue de renegar por el cansancio físico que me generaba a poder estar tranquila. De no tener tiempo para mí a poder hacer ejercicio todos los días. De no ver la luz del día en la semana a poder trabajar desde el balcón viendo el sol y escuchando los pajaritos. De tener jefes a ser mi propia jefa.
Gracias a este cambio gané tranquilidad, paz física y mental, y sobre todo gané tiempo, para mí, para dedicarle a mi proyecto, y a los trabajos que ya tenía en curso. Lo que perdí es, obviamente, la estabilidad económica, o mejor dicho “la seguridad del sueldo a fin de mes”, también perdí la rutina, que en mi caso es un poco difícil de llevar, ya que hay días que trabajo sin parar y otros en los que debería hacer más de lo que hago. Trabajo sola y el no tener compañeros o un equipo también es algo que perdí ya que todo es motivado y producido por una misma, y a veces es más fácil que te digan qué hacer y a las 18 irte a tu casa…pero aún así no lo cambio por nada!
Mis grandes inspiradores fueron mis padres y mi hermana. Mi mamá y mi papá trabajan hace muchos años de manera independiente. Crecí viendo esa modalidad de trabajo, jamás los escuche quejarse de jefes, de compañeros, de problemas internos, ni del tránsito por no poder llegar a tiempo. Hubo épocas buenas y malas, pero siempre se la rebuscaron para que no nos falte nada, y hasta hoy en día lo siguen logrando.
Por otro lado una gran inspiración es mi hermana, que hace 4 años aproximadamente también está en el camino de la independencia y le va muy bien con su emprendimiento. Cuando comencé con las dudas de qué hacer, mi hermana me aconsejó hablar con Claudina (ella la ayudó en su momento), y ahora yo les recomiendo eso! Asesórense, a veces los consejos de amigos no son suficientes, por algo hay profesionales que se dedican a esto, es como llevar tu proyecto a terapia, te ayuda a despejar dudas, a entender muchas cosas, y te ayuda a crecer con las ideas más claras. Gracias a su asesoramiento hice todo el cambio de identidad de mi marca, la cual ahora se llama Libria, que me identifica 100% a mí y a mi trabajo.
Por último, a quien está por empezar un proyecto le recomendaría que tenga el objetivo claro, que sepa con certeza qué quiere hacer, que es totalmente posible. Que hay un mundo mucho más lindo y feliz si haces lo que te gusta.
Gracias Mel por compartir tu historia! Quien quiera cumplir el sueño de la casa diseñada y decorada como siempre la imaginaron, los invito a conocer a Libria:
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